El pasado 22 de agosto, tuvimos el placer de acudir en el Ayuntamiento de Villaobispo de Otero a un taller didáctico centrado en la indumentaria tradicional, como conservarla, recuperarla y valorarla.
El taller fue impartido por Javier Emperador,uno de los mayores expertos en indumentaria regional y que posee una de las mayores colecciones etnográficas de nuestra provincia y alrededores; e impulsado por la Diputación de León y el Instituto Leonés de Cultura y organizado por el propio Ayuntamiento de Villaobispo de Otero.
Gracias a talleres como este podemos conocer la forma de vestir tradicional de mejor manera y sobre todo correcta, ya que a día de hoy los trajes regionales han ido evolucionando para llegar a convertirse en trajes artificiosos que en muchas ocasiones poco se parecen a los originales; al igual que ocurre con los tocados.
En el taller, los asistentes aportaron prendas como mantones de diferentes materiales, a través de los cuales pudimos ver la forma correcta de guardarlos en nuestras casas así como conservarlos.
También tuvimos una clase práctica sobre como vestir esa indumentaria tradicional, los dengues, mantones, pañuelos...
En su libro "La indumentaria tradicional en la Montaña Leonesa" que escribió junto a Carlos Santos, nos muestra un importante estudio sobre la vestimenta típica de los habitantes de la Montaña oriental, occidental y central Leonesa.
Para las personas interesadas en este fabuloso tema recomendamos también visitar el MITLE (Museo de la Indumentaria Tradicional Leonesa) que se encuentra en Valencia de Don Juan.
Por último agradecer a todos los asistentes al taller, a Javier Emperador por el magnífico trabajo, a la Diputación de León, al ILC y por supuesto al Ayuntamiento de Villaobispo de Otero por acercarnos estos talleres tan interesantes e importantes a las zonas rurales.
Descubre el Torreón de Pernía y el municipio de Villaobispo de Otero (León)
miércoles, 29 de agosto de 2018
miércoles, 1 de agosto de 2018
PIEZA DEL MES AGOSTO 2018
En este mes de
Agosto de 2018 queremos destacar como pieza del mes las diversas cartillas de
racionamiento, uno de los elementos más característicos de la posguerra en
España, que se encuentran en el Centro Cultural Etnográfico “Torreón de Pernía”,
todas ellas pertenecen a la colección privada de Benito Escarpizo que ha donado
de manera temporal al centro.
Las cartillas
de racionamiento son la asignación con límites de recursos y bienes de consumo
por parte de las autoridades, aplicada generalmente en tiempos de guerra y
hambruna. En España, se instauraron en 1936 para Madrid y en 1939 para el resto
del territorio nacional, poco después de finalizar la guerra debido a la hambruna y a la
escasez de recursos, afectando sobre todo a los
productos básicos alimenticios de primera necesidad.
Una Orden del
Ministerio de Industria y Comercio de 14 de mayo de 1939, estableció, ante la
situación que se estaba viviendo, un sistema de racionamiento de artículos
esenciales para asegurar el abastecimiento de la población. Un decreto de 28 de
junio de 1939 establecería las cantidades que se entregarían a precio de tasas,
las cuales serían diferentes si se trataba de un hombre adulto, una mujer
adulta o una persona de más de 60 años.
Estas
cartillas fijaban la cantidad diaria o semanal que correspondía a cada persona.
Comenzaron siendo cartillas de racionamiento familiares y en 1943 se produjo el
cambio a las cartillas individuales con el fin de controlar mejor a la
población.
La cartilla
tenía varios vales: vale de arroz, azúcar, aceite, patatas, pan… Su suministro
lo designaba cada semana la Comisión General de Abastos que cada semana
publicaba el porcentaje, cantidad y el precio de los alimentos que se
adjudicaban. Al adquirir los productos se cortaban los cupones correspondientes
a los artículos que se recogían.
Para que la
cartilla fuera válida tenía que cumplir unos requisitos como estar sellada por
la Delegación Provincial de Abastos, que estuvieran reseñadas con la serie y número
en el registro de cupones de la Tarjeta de Abastecimiento, tener reseñada la
parte interior de la cubierta con los datos que constan en la misma como los
datos relativos al propietario de la colección de cupones, datos que rellenaba
el interesado… También era requisito indispensable que la inscripción la
efectuaran los interesados en el mismo establecimiento proveedor en que
normalmente recibían el suministro.
Con el pasado
de los años el sistema demostró ser de muy mala calidad dando lugar al
estraperlo y al mercado negro.
El 15 de Junio
de 1952 el gobierno de Franco anunció el fin de las cartillas de racionamiento.
Su fin vino acaecido por la ayuda internacional y la mejoría del campo español
y las buenas cosechas.
Como colofón os dejamos unas fotografías de la sección expuesta donde se encuentran las cartillas de racionamiento:
Bibliografía consultada:
Terán Reyes, F. J., (2012), Las
cartillas de racionamiento, los fielatos y el estraperlo, Aljaranda, pp. 10-19
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