La Lotería
Nacional nació en España a iniciativa de Ciriaco González Carvajal, Ministro
del Consejo y Cámara de Indias, durante la Guerra de la Independencia con el
fin de aumentar los ingresos públicos. Fue aprobada por las Cortes de Cádiz el
23 de noviembre de 1811, celebrándose el 4 de marzo de 1812 en Cádiz el primer
sorteo de esta nueva modalidad. Dicho juego fue denominado popularmente
“Lotería Moderna” para distinguirlo de la Lotería de Números vigente desde
1763. En la Lotería Primitiva Española los premios eran fijos, el jugador podía
escoger los números de su apuesta y no se ponía límites al dinero que los
jugadores podían apostar, de modo que el Estado no siempre ganaba. Tras la
finalización de las Guerras Napoleónicas, la lotería Nacional o Moderna se
mantuvo principalmente por razones fiscales. En este marco de coexistencia
entre la Lotería Primitiva y la Lotería Nacional, la sociedad española se
decantó por esta última desde 1815.
Entre 1815 y
1817 duplicaron los ingresos de la Primitiva. Funcionaban en España un
total de 497 administraciones, de las cuales 25 estaban en el casco
de Madrid. Y solo dos de ellas estaban regentados por mujeres, una en
Barcelona y otra en Murcia.
Pocos años después,
en 1818 se organiza un sorteo especial coincidiendo con la Navidad. Puede
considerarse como el origen del Sorteo Extraordinario de Navidad.
Aunque no sería hasta 1839 cuando el popular sorteo navideño comienza a
celebrarse regularmente; y habría que esperar hasta 1897 para que el sorteo de
Navidad recibiera oficialmente dicho nombre. En la década de 1880 aparece otro
de los sorteos emblemáticos: el sorteo de El Niño.
Casi cien años
de historia después de la aparición de la Lotería Primitiva, ésta desaparece en
el año 1862. Para llenar el hueco dejado por dicho juego, se decide aumentar el
número de sorteos mensuales de Lotería Nacional. Por entonces, la sede de
Loterías se encontraba, alrededor del año 1877, en la Fábrica Nacional de la
Moneda, situada entre las madrileñas calles de Goya, Serrano, Jorge Juan y la
plaza de Colón.
Fue el siglo
XX el que trajo mayores novedades a la historia de las Loterías. Así en 1924,
nace uno de los sorteos especial más emblemáticos, el sorteo de la Cruz
Roja, que se mantiene hasta nuestros días. En 1932 la sede de Loterías se
trasladó a la calle Montalbán de la capital.
En 1946 nace
uno de los juegos más populares de Loterías, La Quiniela. En la
primera temporada se pronosticaban los resultados en goles. A partir de la
temporada siguiente se introdujo el formato 1X2 para realizar los pronósticos.
En 1963 la sede de Loterías se traslada a la calle de Guzmán el Bueno.
En 1985 llegó
la nueva Lotería Primitiva, o simplemente, La Primitiva. Unos años
después, en 1988, se celebra el primer sorteo de BonoLoto.
Y en 1993 llega El Gordo de la Primitiva. Las
novedades continuarían en el siglo XXI, con la llegada de nuevos juegos como la
loto europea Euromillones (2004) en la que participa España.
Como última
curiosidad, los billetes de lotería no tenían antes ilustraciones, centrándose tan solo en los escudos o heráldica. Empezaron a
ilustrarse en 1960, cuando la difusión de la lotería, incluso fuera de nuestras
fronteras, hizo que se pensara en los décimos como un excelente vehículo
cultural para la difusión de la cultura española (arte, fiestas populares,
tradiciones, etc.).
El objeto en
cuestión que se expone en la segunda planta del torreón del Centro Cultural Etnográfico
‘Torreón de Pernía’ de 1947 donde aparece representado el escudo de España durante el franquismo, que
incorpora la cartela con el lema «Una Grande Libre», junto con otros motivos
heráldicos que añaden a los del escudo tradicional de España, otros
tomados del escudo de los Reyes Católicos: el águila de San Juan y el
yugo y las flechas. Además podemos observar la firma del entonces director general de Timbre y Monopolios, Fernando Roldán.