viernes, 6 de octubre de 2023

PIEZA DEL MES OCTUBRE 2023


La RAE define en su primera acepción adobera como el “molde para hacer adobes” y a los adobes como “masa de barro mezclado a veces con paja, moldeada en forma de ladrillo y secada al aire, que se emplea en la construcción de paredes o muros”. 


Espació de exposición dedicado al adobe en el "Torreón de Pernía"

El adobe supone una de las técnicas de construcción más antiguas y populares del mundo. Por la facilidad del alcance de sus componentes que prácticamente están a disposición en cualquier lugar, ha sido un material de construcción el cual se ha utilizado en diversas civilizaciones. Históricamente, una de las ciudades más antiguas documentadas con casas construidas en adobe fue Çatalhöyük, en Anatolia, del VII milenio antes de Cristo; aunque también cabe destacar su empleo en el Antiguo Egipto y en Perú donde se ubica la ciudad de barro más grande de América perteneciente a la cultura chimú. En España, destaca su empleo en Castilla y León, una de las comunidades autónomas más ricas en cuatro de los cinco ingredientes fundamentales que lo componen: tierra, paja, agua y sol. No obstante, indicar que la paja ha de utilizarse una vez se ha majado (machacado o golpeado para separar el grano de la paja) con los porros (también llamado manal o mallo).


Proceso de creación de la masa del adobe. Fotografía cedida por Camino Isabel

El adobe además de las labores de extracción del barro, conlleva su fabricación en moldes denominados “adoberas”. Estos moldes son de madera y están formados por un cajón alargado del que sobresalen las tablas de los dos lados para poder levantar la adobera y que el adobe salga de manera adecuada. Tienen aproximadamente unas medidas de 20x15x10 cm aunque también existen adoberas en las que se hacen varios adobes más pequeños de una sola vez; o adoberas de formas trapezoidales de las que se obtiene como resultado adobes de dicha forma empleados para la construcción de hornos.


Adobera expuesta en el "Torreón de Pernía"

Inscripción en adobera con iniciales y fecha de su posible dueño. Expuesta en el "Torreón de Pernía"

Adobera de forma trapezoidal. Fotografía cedida por Camino Isabel. 

Respecto a su uso: en el proceso de moldear la adobera se moja para que no se pegue la masa, acción que tiene que repetirse cada vez que el molde se llena; una vez lleno se retira el sobrante del molde con un rasero y para que el adobe se desmolde de manera correcta es necesario apretar con los puños en las cuatro esquinas. Una vez sacados los adobes, estos se tienden al sol para su secado. La característica fundamental del adobe es su sistema de secado mediante exposición al medio ambiente sin aplicación de calor, normalmente a la luz del sol. Siendo las estaciones más propicias para crearlos en primavera y otoño ya que en verano las elevadas temperaturas podrían craquelar el barro y en invierno existen diferentes problemas debido a la humedad y el frío. 

Cocido al sol durante un par de días, el adobe adquiere una consistencia firme gracias a la adición de desgrasantes como la arena, la paja, la cal o, incluso, el estiércol. El hecho de realizarse en moldes de reducido tamaño, aparte de contribuir a la durabilidad del adobe, permite en todos los casos una manipulación en el momento de la construcción sólo comparable a la del ripio o el mampuesto.


Ladrillo de adobe. Fotografía cedida por Camino Isabel. 


En relación con su empleo, como se señaló anteriormente, Castilla y León destaca en su uso debido a los rasgos físicos y ecológicos que presenta. Tal y como indica Sánchez Marcos, M.: el sistema predominante para las casas es el empleo del tapial o adobe, que a veces aparece mezclado con casas de mampuesto o sillarejo. 


Edificio con muros de adobe en Otero de Escarpizo (León)


Hoy en día, la problemática en torno a la contaminación ambiental ha suscitado numerosos debates sobre la obtención y uso de las tecnologías más afables con el medioambiente, lo que ha dado pie al redescubrimiento de los materiales tradicionales. En este contexto, el adobe juega un papel fundamental y es que, frente al ladrillo, el adobe se presenta como un material ecológico 100%, un perfecto aislante térmico y acústico, que no genera coste de transporte ni incurre en gastos energéticos durante su fabricación.

El adobe se volvió muy popular en las regiones áridas y semiáridas de toda la Tierra debido a que otros elementos constructivos como la madera siempre fueron un recurso muy escaso. En la actualidad, un poco más del tercio de la población mundial reside en casas construidas con adobe. Y es que este material está viviendo hoy en día una “segunda juventud” ya que utiliza tierra de la zona amasada con paja u otras fibras vegetales, todo ello suponen materias primas abundantes y próximas al lugar de construcción. 

Asimismo mencionar sus beneficios: Debido a su composición de tierra, las paredes de adobe tienen una alta masa térmica y son capaces de absorber calor durante el día para liberarlo lentamente por la noche. Este hecho conlleva que las casas requieran un bajo consumo de energía.

Por otra parte, los materiales naturales empleados en su composición reducen el consumo neto de energía y la producción de residuos de la estructura. Según el estudio La inercia térmica en la construcción de edificios eficientes: Cada año se estipula que las casas de adobe conservan 370 gigajulios de energía y desvían 101 toneladas de CO2. 

A todo ello sumamos que los ladrillos de adobe producen un desperdicio total mínimo y ningún residuo peligroso. Su huella en el medio ambiente es pequeña a lo que se añade que el factor de recolectar los materiales en el mismo entorno en el que se va a construir hace que la energía de transporte disminuya significativamente. 

Otros beneficios que podemos señalar son la baja transmisión de sonido además de la capacidad personalizable que posee en cuestiones de diseño. 


Interior del molino de Villaobispo de Otero con muros de adobe. Fotografía cedida por Camino Isabel.

Interior del molino de Villaobispo de Otero con muros de adobe. Fotografía cedida por Camino Isabel 

Sin embargo, a pesar de que el adobe como material se está recuperando, si se ha perdido con el paso de los años el empleo de las adoberas; las cuales se han sustituido por sistemas modernos con prensas mecanizadas que simplifican el proceso de elaboración, permitiendo obtener bloques de tierra estabilizada de gran resistencia. 





Bibliografía:


SAIQUITA, V. Entre adoberas y adoberos. Aproximaciones al patrimonio desde las prácticas y saberes.


SÁNCHEZ MARCOS, M. Arquitectura popular de Castilla y León. Procesos constructivos, técnicas y materiales utilizados en época preindustrial.


Para saber más os invitamos a consultar estos enlaces de gran interés: 


Vuelven los materiales de siempre: https://www.arquitecturaydiseno.es/pasion-eco/nuevos-materiales-siempre_273


Casas de adobe: la bioconstrucción:

https://www.solarpedia.info/bioconstruccion/casas-de-adobe/#Inconvenientes_de_las_casas_de_adobe_o_barro 


Adobe: el material del futuro

https://www.diariodeleon.es/articulo/cultura/adobe-material-futuro/201406230600001441663.html 



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