jueves, 15 de octubre de 2020

15 DE OCTUBRE, DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER RURAL

Asunción, Vecina de Sopeña de Carneros.


Con motivo del 15 de octubre, Día Internacional de la Mujer Rural, queremos homenajear a la mujer rural con una fotografía que pone en valor el papel crucial de la mujer en  actividades como las del hilado; conmemorando el papel tan importante que han tenido y continúan teniendo las mujeres en la historia y desarrollo del medio rural. Por ello, este día tiene como objetivo el reconocimiento al papel decisivo de las mujeres en el desarrollo agrícola y rural, la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza.

Como breve apunte histórico y a tenor de lo que expone la ONU, el primer Día Internacional de las Mujeres Rurales se celebró el 15 de octubre de 2008. Fue establecido por la Asamblea General en su resolución 62/136, de fecha 18 de diciembre de 2007. En ella reconoce «la función y contribución decisivas de la mujer rural, incluida la mujer indígena, en la promoción del desarrollo agrícola y rural, la mejora de la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza rural». Por ello, este día tiene como objetivo el reconocimiento al papel decisivo de las mujeres en el desarrollo, la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza. Según confirma la ONU, las mujeres rurales suponen una cuarta parte de la población mundial, sin embargo, a pesar de que garantizan la seguridad alimentaria de sus poblaciones y ayudan a preparar a sus comunidades frente al cambio climático, la mujer rural continua sufriendo las barreras estructurales y las normas sociales discriminatorias. Mundialmente, con pocas excepciones, todos los indicadores de género y desarrollo muestran que las campesinas se encuentran en peores condiciones que los hombres del campo y que las mujeres urbanas.

Debido a la crisis sanitaria derivada del COVID-19, las actividades presenciales se han cancelado apostando por los recursos digitales y las redes sociales, para crear un pequeño homenaje a todas las mujeres rurales. Esta acción, pretende contribuir al reconocimiento de las mujeres en el campo, así, como dar visibilidad a una de las numerosas tareas a las que tradicionalmente se ha dedicado la mujer, en este caso tejer o hilar.

Todo ello a partir de los fondos museográficos del Torreón de Pernía, con ello y como eje principal, una fotografía en la que se retrata a Asunción, vecina de Sopeña de Carneros, la cual aparece tejiendo, una actividad vinculada a las manos femeninas desde tiempos de la revolución neolítica. Un trabajo constante en la historia de la mujer, especialmente en el ámbito rural, el cual se realizaba junto con otras muchas labores, donde se incluía el cuidado de los niños, la casa, labores agrícolas y ganaderas.  

La fotografía muestra un testimonio de gran valor histórico y documental, donde no solo podemos ver el arte de tejer, sino también la indumentaria tradicional. Asimismo,  se propone también la visita al centro etnográfico ‘Torreón de Pernía’, en el que se exponen varias vitrinas en la planta superior, en las cuales se pueden ver dos de las fibras más utilizadas en la zona de La Cepeda, como son el lino y la lana, debido principalmente a las condiciones climáticas de la región.  Además, acompañando a los principales tejidos aparecen las herramientas con las que se trabajan tanto la lana como el lino; así podemos contemplar dentro de la vitrina dedicada a la lana, la rueca, rocada, husos, cardas, tijeras de esquilar… Y expuestos en la vitrina dedicada al lino husos, carda, espadas…Del mismo modo, el centro dedica otra vitrina a las propias prendas en si, como son los calcetines y patucos, destacando la labor de tejido con cinco agujas. 


Vitrina dedicada a la lana. Torreón de Pernía 2ª planta


Vitrina dedicada al lino. Torreón de Pernía 2ªplanta 

Herramientas para la lana. Torreón de Pernía, 2ª planta.
Herramientas para el lino. Torreón de Pernía, 2ª planta


Vitrina dedicada a las prendas. Torreón de Pernía, 2ª planta


Esta industria textil, supuso una fuente complementaria de ingresos en el mundo rural para las familias que tenían en la agricultura y la ganadería su principal sustento.  Una actividad, que además estuvo muy ligada desde el punto de vista social, ya que labores de tejer e hilar se relacionaban con los filandones, momentos en los que mientras se hilaba o tejía, se contaban cuentos, se cantaba o bailaba. 

El lino es una planta herbácea de las familias de las lináceas, que se sembraba en tierras bajas y húmedas, que darían lugar al nombre de linares, tan conocidos en la zona de La Cepeda, y en especial en las tierras del Ayuntamiento de Villaobispo de Otero, convirtiéndose en producciones de una alta exigencia en mano de obra, donde también cobraran un papel importante la mujer, en la que se incluían las labores de sembrar, cuidar y limpiar hasta su recolección, además de otras operaciones como el desgrane, empozado, majadura, espadadura y rastrillaje.  Por lo que, si la transformación textil de la lana suponía un gran esfuerzo, la del lino era aún más.

En definitiva, con esta pequeña acción, se quiere felicitar y agradecer a todas esas mujeres luchadoras que han contribuido al desarrollo y la lucha de las mujeres, por conseguir una participación activa en todos los ámbitos de la sociedad ya que como bien señala la Organización de Naciones Unidas: las mujeres rurales son una fuerza poderosa que puede impulsar el progreso mundial.


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