En este mes de
Agosto de 2018 queremos destacar como pieza del mes las diversas cartillas de
racionamiento, uno de los elementos más característicos de la posguerra en
España, que se encuentran en el Centro Cultural Etnográfico “Torreón de Pernía”,
todas ellas pertenecen a la colección privada de Benito Escarpizo que ha donado
de manera temporal al centro.
Las cartillas
de racionamiento son la asignación con límites de recursos y bienes de consumo
por parte de las autoridades, aplicada generalmente en tiempos de guerra y
hambruna. En España, se instauraron en 1936 para Madrid y en 1939 para el resto
del territorio nacional, poco después de finalizar la guerra debido a la hambruna y a la
escasez de recursos, afectando sobre todo a los
productos básicos alimenticios de primera necesidad.
Una Orden del
Ministerio de Industria y Comercio de 14 de mayo de 1939, estableció, ante la
situación que se estaba viviendo, un sistema de racionamiento de artículos
esenciales para asegurar el abastecimiento de la población. Un decreto de 28 de
junio de 1939 establecería las cantidades que se entregarían a precio de tasas,
las cuales serían diferentes si se trataba de un hombre adulto, una mujer
adulta o una persona de más de 60 años.
Estas
cartillas fijaban la cantidad diaria o semanal que correspondía a cada persona.
Comenzaron siendo cartillas de racionamiento familiares y en 1943 se produjo el
cambio a las cartillas individuales con el fin de controlar mejor a la
población.
La cartilla
tenía varios vales: vale de arroz, azúcar, aceite, patatas, pan… Su suministro
lo designaba cada semana la Comisión General de Abastos que cada semana
publicaba el porcentaje, cantidad y el precio de los alimentos que se
adjudicaban. Al adquirir los productos se cortaban los cupones correspondientes
a los artículos que se recogían.
Para que la
cartilla fuera válida tenía que cumplir unos requisitos como estar sellada por
la Delegación Provincial de Abastos, que estuvieran reseñadas con la serie y número
en el registro de cupones de la Tarjeta de Abastecimiento, tener reseñada la
parte interior de la cubierta con los datos que constan en la misma como los
datos relativos al propietario de la colección de cupones, datos que rellenaba
el interesado… También era requisito indispensable que la inscripción la
efectuaran los interesados en el mismo establecimiento proveedor en que
normalmente recibían el suministro.
Con el pasado
de los años el sistema demostró ser de muy mala calidad dando lugar al
estraperlo y al mercado negro.
El 15 de Junio
de 1952 el gobierno de Franco anunció el fin de las cartillas de racionamiento.
Su fin vino acaecido por la ayuda internacional y la mejoría del campo español
y las buenas cosechas.
Como colofón os dejamos unas fotografías de la sección expuesta donde se encuentran las cartillas de racionamiento:
Bibliografía consultada:
Terán Reyes, F. J., (2012), Las
cartillas de racionamiento, los fielatos y el estraperlo, Aljaranda, pp. 10-19
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